Ese "trazado orientativo" deviene liberador en lo que no expresa pero deja entender: que las marcas que delimitan los carriles pueden ser rebasadas o ignoradas si así lo aconseja el sentido común. La estrecha y sinuosa carretera, cambiante de una estación a otra (por la vegetación que cubre o no parte de la calzada, los tractores que cosechan y entran o salen de las tierras, las bicicletas que van y vienen), demanda una velocidad distinta según el caso, un respeto por los carriles distinto según la ocasión...
Por todo ello, esta señal de tráfico ha perdido aquello que denotaba para pasar a connotar otra realidad, idealizada sí, por breve y falta de costumbre, pero intensa y disfrutable; una llamada, en fin, a vivir en torno a unos márgenes orientativos en los que darnos permiso para entrar o salir según convenga, a desencasillarnos de nuestra profesión, nuestro rol familiar y hasta de esas ideas que tan fírmemente hemos ido pintando en nuestras calzadas.
Crucémoslas, a ser posible, juntos.
1 comentario:
Muy buena la peculiar interpretacion personal de la señal, y enormes los enlaces de las CHAPAS y GENARIN ... todo esta conectado en el espacio
Judax
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