Mi vida en los límites de la letra A es serena y cómoda. Pero, sobre todo, inequívoca: más allá de la letra A todo es de un blanco inmaculado y dentro, de un negro denso y opaco. En los límites, en ese espacio frontera donde todo cambia, vislumbro la nada cada mañana y me reconforta la quietud y seguridad que da percibir el mismo horizonte vacío de acontecimientos.
En los límites de la letra A, aguardo tranquilo y confiado.
1 comentario:
grande Lorite
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