Explorando un nuevo mundo
Mi hija pequeña está a punto de cumplir dos años. Sus habilidades cada vez son más evidentes y ayer, en el parque, ya no hizo falta que le ayudase para subir al tobogán, bajar por él o para atravesar la malla de cuerdas, hasta hace poco, un obstáculo insalvable para su destreza... Ante ella se extienden nuevos mundos: unos espaciales, como el parque y sus alrededores; otros, tienen que ver con su propia identidad y con la de los otros a los que empieza ya a tener en cuenta y, por lo tanto, a desarrollar lo que ella será como persona...
Hace cuarenta años que nací, cuarenta años que comencé a construir mi mundo a través de experiencias, límites y conocimiento de los otros; cuarenta años también que, como especie, visitamos y exploramos la Luna.
Mi hija es un universo inabarcable.
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